viernes, 14 de noviembre de 2008

EL PLACER DE LOS BANQUETES II


(Fragmento de novela inédita)

De pronto el maestro sudafricano respiró profundamente, alzó la copa y dijo:

- Si queréis que un hombre hable, dadle primero comida y buen vino, así el estomago lleno, fragua no solo su propia salud como estomago sino también las ideas, pero el exceso de comida, de bienestar también es perjudicial, la civilización actual ha vuelto a la barbarie, se están comiendo a los caníbales. La comida misma se ha vuelto un símbolo bárbaro, de todos es sabido que la comida lubrica los malos negocios. Y sabemos también que nuestras tres comidas manipuladas por la publicidad generan seis enfermedades; por eso tenemos que tener mucho cuidado, ojo, Dios nos envía la comida pero el diablo nos envía los cocineros, el secreto de la salud está en la frugalidad, las comidas largas crean vidas cortas, hay que comer y beber para vivir y no vivir para comer y beber, pero he aquí la gran contradicción: El estomago no tiene oídos ¿Cómo resolver esta contradicción? Históricamente o mejor Histéricamente se ha resuelto así: El rico come cuando tiene ganas, el pobre cuando tiene. Queridos amigos, antes de llevar al pueblo cualquier proyecto debemos en primera instancia preguntarnos si no se está muriendo de hambre, toda idea por muy noble que sea se estrella con la realidad si no se tiene en cuenta las necesidades alimentarias de la gente. El fracaso parte de una perspectiva raquítica y esclerótica que no ve el raquitismo y la esclerosis en el pueblo.

El maestro sudafricano calló.

Un silencio invadió el banquete, el maestro canadiense lo rompió al servirse una copa de vino, le tocaba a él hablar ahora.

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