martes, 2 de septiembre de 2008

EL VALLENATO REGIONALISMO HECHO MUSICA.

A los vallenatólogos oficiales se les ocurrió lo mismo que a los pueblos creadores de mitos: No hay mito sin leyenda. Se apropian de la música costeña, la renombran abusivamente con su propio gentilicio e inventan una “leyenda urbana” para recrear y reforzar los orígenes del “vallenato”.

El origen del vallenato lo remontan hasta los tiempos remotos en que ocurrió la fusión triétnica, el acordeón no creó al vallenato, solo se adapto a los cuatro ritmos preexistentes originarios del valle de Upar .Francisco el hombre, el primer acordeonero, vence al diablo tocando música vallenata, anda en burro y por el desierto. El mito del origen es igual en todas partes, solo cambia de ropa.
El mito lo utilizaron en contra de los sabaneros y los bajeros, al clasificar el “vallenato” en tres escuelas que existen solo en los textos, dividiéndolo en cuatro ritmos, los otros ritmos son espurios, el vallenato autentico es el de ellos de pureza prístina y los bajeros y sabaneros no lo saben interpretar, son inferiores, el colmo de la desvergüenza. Se inventan una terminología ajena al hecho musical que solo existe en la mente del autor. Y exhiben las diferencias (Sus notas son picadas) y ocultan las semejanzas de la música costeña. Esto a todas luces es racismo
De la “Cuna” no partió nada, la música ya existía. En la cuna hubo un aborto: El etnocentrismo musical europeo se reemplaza por el valduparense.
Se crea el término “Vallenato” aplicado a la música, un término otrora despectivo pasa a ser paradigma musical. Aunque mirando las cosas bien, el termino está bien escogido, ahí están pintados ( No el pueblo vallenato si no su clase dirigente ) como mitificadores de la música .De los innumerables ritmos musicales solo se canonizan cuatro, los que se adecuan a sus intereses, una corriente particular de estos ritmos musicales de la Costa debido a una selección sesgada, trabada, torcida por el regionalismo es la que gana la hegemonía. Los demás ritmos quedan apócrifos (Oculto), la canonización es un acto de poder desde el poder y no de la voluntad social que implica la discriminación, establecimiento de reglas para competir en busca de la hegemonía, solo así se entiende que hayan quedado por fuera la cumbia y el porro.

Lo que se buscaba en realidad con el mito, según Gilard, era ocultar el verdadero origen del género,”música vallenata” es un término en esencia ideológico y político

En términos generales falsearon la historia musical de la Costa y de Colombia. Tienen su “patrística” con La “Cacica”, López, Escalona y Gabo. Hay apologistas, Exégetas, eruditos y periodistas, rabiosos defensores, apóstoles, heraldos y devotos de la identidad cultural todos con el titulo de acientíficos o de pacotilla. Y también tienen su cruzada (Gira nacional del “”vallenato”) para crear al departamento del Cesar. No faltan los prologuistas como Guillermo Abadía paradójicamente de la escuela folklorista. Y hay curas excomulgadores.
Todo se completa con la “Guardiana de la tradición de los cuatro ritmos” como la iglesia “Guardiana de los cuatro evangelios” , solo ellos poseen la verdad, son intocables, diferir con ellos es herir, poner en peligro la identidad cultural. Por ejemplo si se dice que todas las tradiciones del valle de Upar sin excepción son “tradiciones inventadas” (1)

Y con exageraciones tan atrevidas como comparar a Leandro Díaz Con Homero y las letras del vallenato con la poesía clásica española e inglesa, asiste uno a algo así como el regionalismo hecho música

(1 ) E. HOBSBAWN. H. TREVOR-ROPER, P. MORGAN, D. CANNADINE y B. S. COHN .
«Por "Tradición inventada" queremos significar un conjunto de prácticas, normalmente gobernadas por reglas tácitamente aceptadas y de naturaleza ritual o simbólica, que buscan inculcar ciertos valores y normas de conducta por repetición, lo que automáticamente implica continuidad con el pasado. De hecho, donde es posible, normalmente intentan establecer continuidad con un pasado apropiado... Sin embargo, en tanto en cuanto hay tal referencia a un pasado histórico, la peculiaridad de las tradiciones "inventadas" es que la continuidad es en gran parte artificiosa. En resumen, son respuestas a situaciones nuevas que adoptan la forma de referencia a viejas situaciones, o que establecen su pasado por repetición cuasi-obligatoria. Es el contraste entre el cambio constante y la innovación del mundo moderno y el intento de estructurar al menos ciertas partes de la vida social dentro del mismo como inalterables e invariantes, lo que hace a la "invención de la tradición" tan interesantes para los historiadores de los dos últimos siglos ».

Solo una persona neutral, sin ningún regionalismo puede captar la esencia del vallenato, los fanáticos están demasiados imbricados en su música para entenderla. En efecto, en un alarde de erudición vallenata, repiten siempre la misma frasecita: ¨Eso no es vallenato”, pero los traiciona el inconsciente, la manía por la identidad lo que delata es realmente lo que uno es: Desidentificado. La identidad en sentido estricto no sólo es falsa sino imposible
Sabemos quienes urdieron este falseamiento, como indica Egberto Bermúdez, las tradiciones fundacionales del “canon “del vallenato fueron formuladas y consolidadas por intelectuales, políticos, escritores, periodistas y activistas culturales. Si ves, personas ajenas a la musicología. El mejor resumen de las tesis de la vallenatología oficial que he encontrado es la de Adolfo González Henriquez: “Elaboraciones improvisadas pero frescas como los cuentos de García Márquez sobre el vallenato, precisos para descrestar cachacos”.

Pero sigamos con el mito del origen del “vallenato”, para entender cómo se adecuó el mito a la historia del “vallenato”, entender la lógica que le subyace, una idea de cómo ocurrió, se necesita una labor de clarificación para ver las concepciones ideológicas del mito, por lo tanto debemos recordar que las grandes historias como la pequeña del vallenato contienen mitos, hechos reales son objetos de mitos, según Camphell, los mitos sobreviven a los tiempos modernos , y según Cencillo Luis, en lugar de constelarse en un símbolo o en una leyenda, como el mito arcaico, se encarna en personas, en grupos, en empresas.(2)

El mito usa varios planos de significación, es maestro en el uso de la metáfora ( “Hombre vallenato”, “cultura vallenata”, “país de Upar”,” Cacica vallenata” “Trihibridazion”, "trifonía” “trilogía sacramental", “Espíritu de un pueblo” ) . No es sólo una falsa narración desinteresada de la historia del “vallenato”, su función es la de legitimar al “vallenato” (“Vallenato” en el variopinto panorama musical costeño) y a la clase dirigente de Valledupar, es una carta constitucional, no es fijo, sino móvil, repetitivo de generación en generación, se adecua a los intereses de los distintos sectores de la clase dirigente de Valledupar, no son dogmáticos e inmutables sino que son fluidos e interpretables, posee semejanza abierta. Así repiten y utilizan hasta el cansancio la mil veces cansona e ideológica frase “fusión triétnica” para justificar el canon de acordeón, caja y guacharaca. Lo que realmente hay es una “confusión triétnica”, se confunde raza con cultura, hace tiempo que los antropólogos se prohibieron entre ellos mismos utilizar el término raza. Resulta Paradójico, ellos

( 2 )Cencillo, Luis: Mito. Semántica y realidad. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1970, p. 284-285] Citado por Justo Fernández López en Mitologema

Mestizos, con sus concepciones musicales del vallenato se muestran más europeos que los europeos.


Es evidente, que primero fue la fusión Triétnica sin el acordeón urbano y después apareció el acordeón que reemplazo a la gaita y al carrillo, pero no fue un simple reemplazo mecánico sino que con el acordeón se creó un nuevo género de música con más de cuatro ritmos. Los ritmos no son preexistentes en el valle de Upar, sino preexistentes en la cuenca del Caribe, cuando aparece la música de acordeón en un contexto transnacional, esa música es ya moderna, es decir, popular

Que la música popular de acordeón se apropie del repertorio tradicional y conserve algunas características de ella como ocurrió en todo el planeta, no se deduce que la música de acordeón sea folclórica (mito).Esto es lo que ha inducido al vulgo a pensar que el vallenato es música folklórica. García Canclini señala:
“Los estudios sobre comunicación masiva se han ocupado de lo popular desde el ángulo opuesto. Para los comunicólogos, lo popular no es el resultado de las tradiciones, ni de la personalidad "espiritual" de cada pueblo, ni se define por su carácter manual, artesanal, oral, en suma premoderno. Desde la comunicación masiva, la cultura popular contemporánea se constituye a partir de los medios electrónicos, no es resultado de las diferencias locales sino de la acción homogeneizadora de la industria cultural. Gracias a las investigaciones sobre comunicación masiva, se han vuelto evidentes aspectos centrales de las culturas populares que no proceden de la herencia histórica de cada pueblo, ni de su inserción en las relaciones de producción, sino de otros espacios de reproducción y control social, como son la información y el consumo. Estos estudios dan un conocimiento valioso sobre las estrategias de los medios y la estructura del mercado comunicacional”

Aquí está el meollo del problema, y la génesis del mito, en efecto, solo ocultando el origen del género podían generar una narrativa identitaria y fundacional que les permitiera ubicarse suprimiendo el tiempo y por tanto el contexto en las coordenadas geográficas del Valle de Upar.

Los mitos son paradigmas de conducta todo acto humano significativo. El mito excluye (A los otros ritmos y al resto de la población costeña en la creación colectiva de este género musical y a acordeoneros y cantantes’, se deja por fuera a los bajeros y sabaneros), como era de esperarse el "juglar" paradigma es uno de los creadores del festival, Escalona, que “suena” paradójico porque es un "juglar" que ni lee musica ni ejecuta ni canta, mientras en la música autóctona, folclórica el interprete y el compositor están unidos,son verdaderos juglares.
El mito es pragmático, genera efectos, cohesiona a un grupo social, crea fanáticos, busca la sensibilidad humana. Su táctica es narrar una historia de otros ( La historia de la música costeña). Hace una crónica dentro de otra crónica, porque así puede enunciar con profundidad algo sobre la condición humana y el mundo. Así Francisco el hombre, el “juglar” que vence al demonio es un cuento chino que existe en muchos pueblos del mundo.


El provinciano CREE que los hechos musicales son hechos aislados. La gente no se percataba que Orfeo cantaba, los más viejos ritmos costeños van apareciendo con acordeón en el valle de Upar con el brillo de “autenticidad local”, así como las fiestas y ritos paganos van apareciendo cristianizadas, el festival mismo era una fiesta pagana de la venida de las lluvias en abril a la que le metieron música, por lo tanto es una tradición inventada. La música de acordeón es un legado de sus ancestros de la antigua población de la provincia de Padilla y su forma particular de ejecutarla es un don de los dioses, no sospechan que ese canto particular lo ven las otras comarcas como un reflejo de la estreches de sus conciencias. Como sus miradas estrechas no pasan de lo local, entonces las “colitas” son los ancestros directos del vallenato.

Para el caso particular del origen del “vallenato”, el mito del origen y el mito de música costeña tradicional oral se confunden y se ayudan mutuamente, porque al tener ambos una estructura atemporal pueden correr paralelos. Pero la “música vallenta” es anterior al “hombre vallenato” ,entonces, un tercer mito ,el de la identidad cultural vallenata, acude en su ayuda ,como el espíritu santo, en forma del Cacique del Valle de Upar, de epidemia de carate o de lapsus de Buitrago como un preanuncio, infundiendo a todos una misma espiritualidad musical. Tres mitos distintos y un solo fraude verdadero.El espiritu del pueblo ni canta ni habla ni piensa ni existe.

En realidad la fusión triétnica es una fusión trimítica que la quintaesencia de la arrogancia compulsiva vallenata, Tomas Darío Gutiérrez Hinojosa, míticamente ha definido: “La fusión triétnica de este pedazo de América ha mostrado ya las luces de la definitiva raza universal”. Estas luces ciegan en vez de iluminar lo que realmente es el vallenato. El mito deslumbra a la gente. Desde la penumbra misma de los textos históricos busquemos la luz liberadora para los que deambulan en las tinieblas de la vallenatologia oficial, los que tienen alucinaciones identitarias y para el mismo Francisco el hombre que alucinó viendo al diablo



Nunca en el valle de Upar se creó un ritmo, ellos surcan y eliminan el tiempo y recorren la geografía, el valle de Upar no es una ínsula, el mito como la música tradicional oral no tienen creadores, la creación es colectiva, no conocen fronteras como los contrabandistas de la guajira. ¿De dónde vienen?, ¿De la Guajira? ¿De Sucre?, ¿Del Magdalena? ¿De Córdoba? ¿De las Antillas?¿Del Atlántico?. Daniel Samper y Juan Gossaín ven la prefiguración del canto vallenato desde la edad media europea, habrase visto tanta insinceridad en la investigación, los cristianos también miraron hacia atrás buscando todo tipo de prefiguraciones del mito cristiano, así reemplazan a los acordeoneros y cantantes del primer periodo del vallenato por los “juglares” de la edad media. El método investigativo alegórico del reemplazo hace tiempo que fue descartado por arbitrario, reemplazan la música costeña de acordeón por el vallenato, paradójicamente estas afirmaciones se hacen en un discurso para acceder a miembros de la academia colombiana de la lengua. Como señala Egberto Bermúdez, “Los juglares eran profesionales del entretenimiento que actuaban en la música, el teatro callejero, la literatura oral y la música, era un fenómeno urbano y muy diferente al de los campesinos itinerantes que pueden hacer improvisaciones musicales en algunos contextos. Es un anacronismo igual que trovadores o cualquier otra metáfora de este tipo”.

Como se ve, son dos realidades distintas, es un caso típico de intelectuales ciegos por sus propias inclinaciones estéticas.
Llaman juglares a, dice Adlai Stevenson Samper, “Insignes parranderos con el oficio de músico, buscando audiencia para la supervivencia, tocando por ron y sancocho”

La verdadera cuna es imposible de determinar, por lo tanto, el “”vallenato” con sus cuatro ritmos no podía ser si no una expoliación, usurpación, un rapto del patrimonio musical costeño y la identidad musical vallenata, una identidad superficial de pacotilla, otra tradición inventada. En realidad su identidad es costeña y mítica como toda identidad. La “cuna” lo que demuestra es que se confundió Olimpo con Olímpico.

Incluso, podríamos afirma que ni siquiera se crea una canción en el valle de Upar si abordamos el tema con la concepción de Brailoui: “Nunca recogemos una canción sino una variante solamente".
Gilard lo expone brillantemente en el análisis del caso de las dos canciones, “Mi caballo alazán” (en ritmo de paseo) y “”El alazanito” (en ritmo de son) de Crescencio Salcedo ( Nacido fuera de la cuna ) y don Toba ( Zona de la cuna ), Gilard advierte que no se trata de un plagio si no de variaciones individuales sobre un mismo patrón melódico igualmente validas y que la matriz original seria la poesía oral hispánica presente desde el sudoeste de Estados Unidos hasta la Patagonia, pero lo sorprendente del ejemplo de Gilard es que la canción de don Toba es considerada un vallenato y la de Crescencio no es un vallenato sino “costeña”. La tesis de la “cuna” y la supuesta originalidad de la canción vallenata quedan fulminadas.

Existe una prueba, yo diría de campo, que corrobora que el vallenato no es tradicional, de Ana María Arango en un artículo que publicó en internet. Leamos a Ana María:

“Por cosas de suerte y del destino, el amigo de un amigo me pasó -aquí en Barcelona- un viejo documental: “Shotguns and Accordions: Music of the Marihuana Growing Regions of Colombia” dirigido por Jeremy Marre y con asesoramiento de Egberto Bermúdez, mi director de tesis de pregrado. Precisamente debido a la colaboración de Bermúdez en éste, me pareció un descubrimiento fascinante ya que no sabía de su existencia. El caso es que este documental, filmado durante los setentas, muestra los espacios en los cuales surgió el vallenato. Con la cámara puesta en las narices de Gabriel García Márquez (nuestro querido Gabo), este video lo muestra hace cuarenta años, en el papel de jurado del naciente Festival de la Leyenda Vallenata.Al terminar el Festival, Jeremy Marre decide acompañar a dos de los músicos que han participado hasta su vereda. Una vereda alejada, empolvada, hecha de caña y paja; una de esas veredas de las sabanas que no se alcanzaron a beneficiar del auge de la marihuana en la región. Se bajan de su Willis y se encuentran con una gran fiesta, que más que fiesta parece un ritual. Las mujeres negras tocan palmas y tablas, bailan al ritmo de los tambores africanos y del canto responsorial: se trata de un chandé. La cámara capta a estas mujeres en trance, cantando y bailando; y muestra cómo, de pronto, los músicos acabados de llegar, piden a la gente un minuto para exponer su nuevo repertorio: El vallenato. El ambiente se llena de risas incómodas. Los niños lloran asustados por el chillido del acordeón: Ha llegado el nuevo género. Ese que desde ese momento se convirtió en el sello de todo un pueblo: Ya lo decía mi profe Bermúdez en sus clases de Música y Cultura del Conservatorio: Una cultura musical puede cambiar en un día.
A lo que yo agregaría: No sólo cambia en un día sino que además aguanta todo tipo de
Mitos y remembranzas En fin: el vallenato no sería lo mismo sin Macondo y Colombia no se presentaría ante el mundo de la misma forma sin su Gabo y su música rodeada de realismo mágico”

Pacho Rada dijo “Mi música no es vallenata”, lo dice nada menos que el primero en grabar un tema en acordeón en Colombia, ‘El botón de oro’, de Pacho Rada, en el año 1936 en los estudios de La Voz de la Patria de Barranquilla.

El daño ya está hecho a la música de la costa y a los músicos, y daños mentales reales a los chavales por el impacto de los festivales. Colombia entera y el mundo creen que la música de acordeón es de Valledupar, así aparece en internet, la televisión, periódicos, revistas, diccionarios, enciclopedias y un largo etc. Con razón, Para la teoría social de la comunicación, el mito moderno, es una estructura comunicativa bajo la forma de un
Producto comunicativo. Por esto es más difícil de erradicar

Pero La historia del vallenato se hace con escritura, el texto está ahí, es también la historia de las creencias de quienes escribieron la historia del vallenato, manipulación de la realidad, pero que raro, fuente indispensable para conocerla. Pero antes hay que exorcizar esa historia, liberarla del yugo de los ideólogos, afortunadamente las tecnicas para exorcisar y reescribir la historia son las mismas para hacer hablar a los muertos posibilitando al pueblo vallenato tomar conciencia de su pasado mítico musical y salir de esa identidad perniciosa.

Se han develado todos sus nutrientes, donde bebe, como se adaptó, como se afinó, en esta adaptación es donde el mito moderno muestra su poder (Bartra 1997: 159)
Podemos también captar la vida espiritual, política, económica y religiosa en ese tiempo si el mito es entendido en su propio contexto histórico específico. Es fácil viajar en el corto tiempo con el corazón, la mente y los lentes de la clase dirigente de Valledupar de esa época (1940-1968). Ya han viajado. Compra tu tiquete, los lentes y la guía Gilard que dice que en esa época existía una “negociación” de la identidad regional con las élites de Bogotá y ellos necesitaban algo que los identificara para construir el departamento del Cesar. Y Bermúdez señala que también estaba de moda un “indigenismo” ideológico para ocultar ancestros africanos a la música .También entenderás cómo fue posible y cuesta creerlo que todo un pueblo conmemore en un festival y una curiosa devoción Mariana su propia derrota.

Está ahí el festival de la diferencia, el vallenato “museificado”, embalsamado, como prueba para la posteridad de su falsificación, fósil epistemológico, refugio de esencialistas tardíos y de toda laya de identitaristas, mula monocorde que eternamente no puede ser fecundada, museo de las hipótesis descartadas, niño que no quiere ser adulto,dizque inmune a los cambios. ¿Sera posible que no se den cuenta de la evolución del vallenato? Ellos mismos como institución conservacionista son una “tradición inventada”, según Holbsbawm, donde las viejas formas están vivas, no hay que resucitar ni inventar las tradiciones. Además, ¿Cuál tradición van a preservar?, si la tradición como música de acordeón no existe, el vallenato es moderno, el acordeón es un instrumento urbano.

Ahora bien, Una musicología regional es dudosa si sus fuentes son poco confiables por provenir de retazos de información, retazos inconexos de realidad, de rumores, falta la investigación seria, prima la pasión, el sesgo localista, desconoce la historia y la evolución de su propia música y hace oídos sordos a su propio canto.
Si las conclusiones las sacaran del análisis de las estructuras musicales presentes en el vallenato, de las partituras, del registro sonoro de campo, llegarían a resultados opuestos a los de la vallenatología oficial. Es una contradicción afirmar que es “tradicional” negando precisamente la tradición como pasado verdadero, objetivo y recuperable

La “tradición del vallenato” es una tradición mentirosa de la realidad, engañosas visiones para dar una imagen de continuidad con el pasado histórico, manipulación de la historia, mito al servicio de las clases dirigentes de Valledupar.

Pero, tarde o temprano, la verdad salió a flote, Ya se sabe todo sobre su verdadero origen, terminó escribiéndose entre comillas. La verdad es aquello que resiste el paso del tiempo, lo falso se derrumba.

La “Vallenatología oficial” ( Texto fundacional) es una forma de representación mítica , historia mítica, discurso ideológico fundacional, carece de fundamentos científicos, en ella el rigor científico brilla por su ausencia y ha sido fuertemente cuestionada por los investigadores serios que no comparten sus tradiciones inventadas que dan risa como las “colitas” del ex presidente Alfonzo López Michelsen, y la trama del periplo del acordeón (Dizque en Riohacha no echo raíces y se fue directo para Valledupar), es simplista, reduccionista, producto del regionalismo. No sé quien dijo que el vallenato ha sido más bailado que estudiado e interpretado en clave politiquera.

En resumen, es una mescolanza, a-mal -gama de teorías obsoletas para abordar la música (Como Etnocentrismo criollo, mito de la identidad cultural, determinismo geográfico y racial, difusionismo, ideología del mestizaje, indigenismo ideológico, folclorismo y tradicionalismo decimonónicos, chauvinismo de pacotilla y macondismo)
Verdadera monserga de la identidad.

Los mitos en el vallenato han sido identificados y desmontados. En sus obsesiones por el origen, el afán de “blanqueo” musical, privilegio, de buscar tradiciones donde no las hay y ocultar sus ancestros africanos, (Lo mismo hicieron con el bambuco) afirman que la guacharaca es de origen indígena cuando las investigaciones apuntan a que es de origen africano. Y dizque el merengue no tiene nada que ver con el merengue dominicano cuando la influencia de la música negra de las Antillas está comprobada, otros llegan al extremo de afirmar que son los cuatro ritmos los que no tienen nada que ver con la música antillana. Es como negar el comercio de esclavos desde las Antillas hacia Santa Marta y su distribución en Valledupar. En realidad este es otro motivo, negar ancestros negros al vallenato
Convencieron a José Barros para que dijera que la cumbia era indígena y consideran la canción vallenata como un género musical narrativo cuando Medina Lima (Citado por Bermúdez) después de un análisis pormenorizado concluye que solo una mínima parte (5 por ciento) del repertorio de Escalona y del vallenato en general se puede llamar narrativo, nuevamente aquí la culpa la tiene García Márquez, según Gilard, al convertir lo lírico en narrativo cosa que las cacatúas vallenatas repiten

El “vallenato” resulto siendo un consciente montaje político- musical. Debiera llamarse “Mitonato”, “Consuelonato”, o mejor una canción con autoría colectiva: Michelconsueloescalogabonato” .Y esta canción si es la expresión autentica de la "esencia folklórica" del hombre vallenato.

Con este artículo no pretendemos desmitificar el origen de la música vallenata, porque ya ha sido desmitificado, no aportaremos nada nuevo, solo mostrar una compilación de verdades contundentes basadas en investigaciones de estudios serios que tienen una evidencia histórica.

En efecto, las investigaciones realizadas por los Tres grandes como List, Gilard, Wade y corroboradas por uno también grande de Colombia, Egberto Bermúdez, han llevado a las siguientes conclusiones sobre el origen del vallenato:

“No es tradicional.
Es producto de la modernidad.
Es un género nuevo nacido dentro del ámbito de la música popular afroamericana de la cuenca del Caribe
Fue inventado en la década del 40.
List sostiene que sus orígenes no van más allá de 1940
No existen pruebas de una tradición de música de acordeón que se remonte hasta finales del siglo 20.
La “Cuna del vallenato” fue inventada.
Cuna Construida por las elites provincianas como manifestación clara de un chovinismo regional emergente.
Quiroz Otero (Citado por Wade) sostiene que estas elites provincianas estaban reaccionando contra Santa Marta para separarse, utilizaron música vallenata en las campañas promocionales.
Se buscaba algo que los uniera y los diferenciara del antiguo departamento al cual pertenecían.
Se crea el concepto de identidad a una región nueva.
Con “el vallenato” se buscó ocultar los orígenes del género
Es evidente que esta música es natal de toda la costa atlántica
“La tradición “como reportorio de música de acordeón no existe”.
Vamos ahora a mostrar una serie de hechos políticos, tomados de la clásica obra de Wade, Musica Raza y Nación que contribuyeron al surgimiento del vallenato:
La Madre del expresidente Alfonso López Pumarejo era de Valledupar.
Su familia tenía finca en la región.
Alfonso López Michelsen estuvo en la región en 1940, sus fiestas era con acordeón.
Escalona “le compuso una canción” al General Rojas trasmitida por la radio Nacional.
En la década del 60 Guillermo León Valencia organizo fiestas en Bogotá con presencia de Rafael Escalona y música vallenata.
En las administración Lleras Restrepo Escalona y varios músicos organizaron una gran gira nacional de encuentros vallenatos para promocionar la campaña de creación del departamento del Cesar utilizando música vallenata.
El primer gobernador del Cesar fue Alfonso López Michelsen. López nombró a Rafael Escalona como jefe de Relaciones públicas.
El primer festival de acordeón fue organizado por el propio Alfonso López, ayudado por Consuelo Araujo Noguera.
López Michelsen es elegido presidente de Colombia.

Consuelo Araujo Noguera fue la segunda ministra de cultura, Muchos ministros de cultura han sido cuota política costeña.
El tratamiento presupuestal para el vallenato ha sido excelente en el ministerio de cultura.
Gabriel García Márquez, no es menos culpable, también tiene metida su pluma en la creación de este mito, fue jurado de un festival, el vallenato hizo parte del boom del realismo mágico, el mismo afirmó que cien años de soledad es apenas un vallenato largo…Un vallenato de 350 páginas.

Como consecuencia de los hechos políticos anterior viene ahora la pregunta obligada: ¿Qué habría pasado si Alfonso López Michelsen hubiera sido gobernador de Sucre o Córdoba?
¿Una cultura musical puede cambiar en un día?


A manera de conclusión, históricamente entonces, lo que se construyó, no fue una “Cuna”, sino, una “Jaula”, para atrapar una ave muy canora que nostálgica por el cautiverio perdió mucho de su potencialidad trinaria. El verdadero hogar es imposible de determinar. Bermúdez concluye que es una tradición musical Pan-caribeña no exclusivamente colombiana y menos aun local o especifica de la región de Valledupar. La tesis de una cuna única del vallenato y de migraciones de músicos a la periferia recuerdan un determinismo racial, geográfico y difusionismo trasnochados
La historia del vallenato es un claro ejemplo de tradiciones realmente inventadas, construidas e instituidas de manera formal , de manipulación política de lo musical y como el entorno político puede desviar la línea evolutiva de una música, acelerar un proceso y al mismo tiempo desacelerar otro (La música sabanera). Existen en el planeta tierra una larga lista de Tradiciones folclóricas inventadas similares al vallenato

En estos momentos se puede vislumbrar entonces el porvenir de la música sabanera por aquello de “El eterno retorno de lo reprimido musical”. Justicia inmanente de la vida. El malestar histórico pasara, las deudas se pagan. Ya los mochuelos empiezan a escapar de sus jaulas de cuatro ritmos .Vallenato con porro. ¿Pasaremos a porro con vallenato?
¿Pero cómo escapar de las transnacionales?

No nos hagamos ilusiones, miren que ya las transnacionales de la música dieron cuenta del vallenato, lo convirtieron en un lloriqueo meloso romántico estandarizado que enferma al que lo escucha, lo mismo le sucedió a la salsa clásica con la romántica. Y aquí cabe anotar también que el falso purismo esencialista de los organizadores del festival de no querer aceptar otros ritmos, se cae por su propio peso, por que como dice Egberto Bermúdez. “Es imposible querer hacer música popular y tradicional al mismo tiempo”. Lógico, como inventaron un vallenato folclórico imaginario, ahora no pueden atajar su evolución. Son profundamente hipócritas porque para lo único que ha servido el festival es para consumir su vallanaticidad mítica como una mercancía más y catapultar a sus ganadores a gravar vallenato comercial con las transnacionales y asi consumir su propia degeneración y como el consumo es produccion ,entonces..... .
Ahí está el grammy y lo puristas lo festejan disimuladamente .

¿Qué tenemos que hacer nosotros los postergados por los procesos históricos?
Soy costeño, reconozco el auge del vallenato y la cúspide hasta donde ha llegado debido al imperio económico, es un hecho histórico irreversible, hay que ser honesto con la actualidad histórica, el imperio de lo efímero ataca su esencia comercial.
Como costeños debemos salir a defender nuestra música, que no es solo el vallenato, es también la cumbia, el porro, el fandango, gaita, bullarengue, mapalé, chandé y mas etc, como “parte” de la “identidad nacional” (Nadie está obligado a identificarse con el vallenato). Pero debemos ser también honesto a la hora de narrar la historia del vallenato, su esencia. Cómo y qué se hizo para recorrer esos caminos y ascender a esa cima. Y para evitar no recorrer los pasos perdidos

Por ahora consolémonos que es un Consuelo musical que se haya iniciado la Noguerra a los otros ritmos musicales de Colombia, a la vez, no es un Consuelo musical para las gentes de su región seguir alimentando un sectarismo musical negativo para la convivencia cultural. En un país como Colombia, de regiones musicales, todas tienen derecho a que se les respeten, ( y respeto también a la heterogeneidad interna de cada región) reconozcan y traten por igual sus ancestros musicales. Desconocer también la cultura universal es desconocer la propia cultura local y nacional ya que se ha dicho que a última instancia la verdadera nacionalidad del ser humano es la humanidad

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El pasado anterior.Tiempo, estructuras y creación musical colectivaA propósito de Lévi-Strauss y el etnomusicólogo Brailoiu
Jean-Jacques Nattiez. Articulo internet


-González Henríquez, Adolfo, “Los estudios sobre música popular en el Caribe colombiano”, en Cultura y región, Jesús Martín-Barbero, Fabio López De la Roche, Angela Robledo, editores, Bogotá: Ces - Universidad Nacional de Colombia - Ministerio de Cultura, 2000.

González R Juan Pablo, Musicología popular en América Latina: síntesis de sus logros, problemas y desafíos. Rev. music. chil. v.55 n.195 Santiago ene. 2001

Lévi-Strauss, Claude. Raza y cultura. Colección Teorema. Madrid: Ediciones Cátedra,
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Camphell Joseph, El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito.
Fondo de cultura económica.Mexico,1997
García Canclini Néstor, NI FOLKLÓRICO NI MASIVO ¿QUÉ ES LO POPULAR?
http://tijuana-artes.blogspot.com/2005/03/ni-folklrico-ni-masivo-qu-es-lo.html.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por incluirme en las referencias en esta interesante reflexión. Sólo quiero aclarar mi segundo apellido: Jorge Nieves OVIEDO. De nuevo, gracias (acabo de leer el blog; por eso lo tardío de mi comentario. Atte., Jorge Nieves Oviedo